Diseñar buenos componentes es clave. Pero organizarlos bien es lo que convierte un sistema de diseño en una herramienta realmente útil.
En este post exploramos cómo estructurar tu sistema por propósito, niveles de abstracción o función en la interfaz. Una organización clara no solo suma eficiencia y coherencia, también mejora la experiencia de quienes lo usan y mantienen. Porque un buen sistema no es solo lo que contiene, sino cómo se entiende.
